Cada año, más de 12 millones de personas visitan la Basílica de Guadalupe, con el deseo de conocer el sitio donde la virgen María apareció frente a Juan Diego, dejando su imagen plasmada en el ayate que el indio portaba.
La historia de las apariciones de la virgen de Guadalupe está muy arraigada en el pueblo mexicano. Inició en 1531, cuando Juan Diego vio a la virgen María aparecer en el lugar donde se fundó la iglesia. Más tarde, el indio le mostró a los sacerdotes una imagen de la virgen plasmada en su ayate, lo que los convenció de construir un templo en su honor.
Millones de personas visitaron la Basílica de Guadalupe para contemplar la sagrada prenda y rezarle, sin embargo, las condiciones inestables del territorio hicieron que la reliquia se cambiara de lugar. Durante muchos años, la antigua Basílica permaneció cerrada, aunque hoy en día ya se encuentra abierta al público.
En 1974, se construyó a un costado una nueva Basílica, donde en la actualidad se encuentra el ayate con la imagen protegido por una cristal a prueba de balas, el cual es posible contemplar desde una banda colocada en la parte inferior. La nueva Basílica tiene un diseño arquitectónico muy particular, el cual permite que 50 mil personas puedan contemplar la imagen religiosa desde cualquier punto del edificio.
Después de visitar las dos Basílicas, te recomendamos conocer la colección de objetos religiosos que están en el Museo de la Basílica. En los alrededores de la Basílica, se ubica el barrio de La Villa, que alberga otras cuatro capillas históricas. Sube a la capilla del Pocito, donde Juan Diego vio a la virgen María.
El 12 de diciembre es el día con más visitas en la Basílica de Santa María de Guadalupe, ya que ese celebra el aniversario de la última aparición de la virgen. Miles de peregrinos visitan la Basílica en este día para participar en las misas y las fiestas que se celebran en La Villa.
Puedes llegar fácilmente a la Basílica de Guadalupe desde el centro de la Ciudad de México, tomando el metro o un taxi.