Si no te puedes imaginar una oficina postal en un palacio, debes visitar el Palacio Postal para ver la elegante arquitectura de este edificio centenario. Observa el cuidado meticuloso que pusieron docenas de artesanos en la elaboración de cada pieza de madera, piedra y metal para crear una joya arquitectónica con un propósito muy convencional.
La construcción del Palacio Postal comenzó en 1902 en el sitio de un antiguo hospital franciscano. El presidente Porfirio Díaz eligió al arquitecto italiano Adamo Boari y al ingeniero mexicano Gonzalo Garita y Frontera para que crearan una estructura moderna y funcional que respondiera a las necesidades de comunicación en crecimiento en una época en que el comercio y la tecnología cambiaban rápidamente, no solo en la ciudad, sino también en toda la nación y en el mundo. Observa la estructura terminada cinco años más tarde, una exquisita combinación de funcionalidad y arquitectura ecléctica con elementos góticos, rococó, renacentistas, art nouveau y varios estilos más.
Examina la fachada de piedra de cantera de Pachuca, decorada con ventanas arqueadas, gárgolas, lámparas de bronce en forma de dragones y un perfil de techo delicadamente almenado. Además, hay un gran reloj en la entrada principal. En el interior, encontrarás pisos de mármol, grandes escaleras curvadas con barandales de cobre y bronce con detalles brillantes, y techos decorados debajo de un techo de vidrio. Todo quedó iluminado en un tono dorado después de una importante restauración que se llevó a cabo en 1996. Visita el pequeño museo sobre la evolución del servicio postal de México.
El Palacio Postal está en el centro histórico de la Ciudad de México, al este de la Alameda Central. Bájate en la parada Bellas Artes del metro para llegar o camina por Paseo de la Reforma un domingo, cuando el tránsito de autos está prohibido. El edificio está abierto todos los días desde la media mañana hasta la tarde, y la entrada es gratuita, ya que es una oficina postal en funcionamiento. Fíjate si hay conciertos de música de cámara en el vestíbulo los fines de semana. Después de disfrutar de esta agradable arquitectura, visita otros lugares de interés cercanos, como el Museo Nacional de Arquitectura, el Palacio de Bellas Artes y el Museo Franz Mayer con siglos de objetos de artes decorativas y diseño.