Fotos de Arte + Pacífico en Kioto

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Disfruta una tradicional ceremonia del té, alimenta monos salvajes y explora templos y santuarios patrimonio de la humanidad en esta rica ciudad japonesa.

Observa al personal del parque alimentar a cerca de 130 macacos de cara roja silvestres, o métete en una jaula y aliméntalos tú mismo.


Explora este templo en una montaña, donde encontrarás una estatua con una historia poco común, caminos de madera interconectados, una casa de baños y un sauna.  


Explora este templo en una montaña, donde encontrarás una estatua con una historia poco común, caminos de madera interconectados, una casa de baños y un sauna.  

Con bellos jardines de flores y un salón dorado que se considera un tesoro nacional, este templo es un monumento histórico dedicado a la dicha y la tranquilidad.

La elegancia actual de este templo se debe a una familia imperial. Es hogar de artes tradicionales, estatuas espirituales y un huerto de bambú.

Los visitantes acuden a este sitio antiguo para visitar el templo agradable y se quedan a disfrutar la naturaleza y la tranquilidad del jardín zen.

Obras de arte, jardines complejos y una puerta gigantesca te esperan en un templo que se yergue como uno de los más importantes de su tipo en el país.

Visita las calles de Sannenzaka y Ninenzaka, ubicadas debajo del Templo Kiyomizu-dera, donde puedes encontrar bellas tiendas de artesanías, casas de té y pequeñas cafeterías ubicadas en las fachadas tradicionales de madera.

Visita las calles de Sannenzaka y Ninenzaka, ubicadas debajo del Templo Kiyomizu-dera, donde puedes encontrar bellas tiendas de artesanías, casas de té y pequeñas cafeterías ubicadas en las fachadas tradicionales de madera.

Un importante santuario para lugareños y turistas por igual, con encantadores edificios y jardines que celebran la fusión entre el pasado y el presente.

Más que cualquier otro sitio, este santuario es famoso por los colores otoñales inigualables de los árboles que rodean a este santuario espiritual.

Un importante santuario para lugareños y turistas por igual, con encantadores edificios y jardines que celebran la fusión entre el pasado y el presente.

Una viuda construyó este templo en 1606 para rendir homenaje a su esposo fallecido. Hoy es un lugar de tranquilidad con bellos jardines dignos de una postal.