Durante casi 200 años, este promontorio rocoso ha sido el hogar del faro de Santander, donde ahora hay una galería de arte, una cafetería y varios monumentos a la historia de la zona.
Relájate junto al estanque, camina por sus jardines muy bien cuidados, y admira las elegantes estatuas y edificios de uno de los parques más grandes y populares de Madrid.