Durante más de 200 años, los lugareños han quedado fascinados por el encanto de “La Manquita” y sus detalles ornamentales de estilo barroco y renacentista.
Recorre la residencia de exquisita decoración, propiedad de los sultanes moros y otros gobernantes en esta fortaleza de mil años de antigüedad, que fue construida sobre los restos de un asentamiento romano.