Como un homenaje a las miles de personas que perdieron sus vidas el 11 de septiembre de 2001, este es un emotivo y sombrío monumento abierto a los lugareños y turistas por igual.
Este barrio bullicioso y diverso tiene algo para todos, desde vendedores de pizza y pretzels en la calle, hasta galerías de vanguardia y tiendas de antigüedades. Además, hay espectaculares vistas de la silueta de Manhattan.