El Serpentario de La Paz es un refugio de animales innovador que cuenta con una gran variedad de especies poco comunes y en peligro de extinción. Este sitio tiene un enfoque especial en los reptiles y anfibios, por lo que aquí puedes ver serpientes, tortugas y arañas, entre muchas otras criaturas. Financia el cuidado de uno de los animales de este sitio para ayudar con su rehabilitación y promover la preservación de la especie.
Camina por el lugar para ver más de 150 especies de reptiles, aves y otras criaturas rescatadas. El parque tiene la misión de crear conciencia sobre la importancia de preservar estos animales. Observa los animales que se mueven lentamente, como los cocodrilos, las lagartijas y las iguanas.
Dirígete a la exhibición del aviario para tomar fotos de las aves de colores que se posan sobre las ramas. Compra una taza de comida para aves y observa a los pájaros y los conejos grandes mientras se te acercan. Algunos de estos animales están heridos y permanecerán en este sitio hasta que estén totalmente recuperados y listos para regresar a la naturaleza.
Una de las atracciones principales de este pequeño zoológico es el estanque, donde puedes ver muchas tortugas en el agua y en las rocas.
Acércate a las secciones de cristal para ver las serpientes. Imagina a estas impresionantes serpientes de cascabel arrastrándose por su hábitat natural en el desierto de Baja California.
Observa los souvenirs que están a la venta en la tienda de regalos ubicada cerca de la entrada del lugar. Aquí puedes comprar joyas, peluches y otros artículos.
El zoológico está abierto de martes a domingo, desde la mañana hasta la tarde. Se cobra una módica cuota de entrada, con descuentos para niños.
El Serpentario de La Paz se encuentra en el Barrio Manglito, en la esquina oeste de La Paz. Viaja en auto hacia el suroeste de la Zona Comercial durante unos 10 minutos para llegar aquí.
Visita otros lugares de interés en la zona, como la Playa Balandra, el Santuario de Nuestra Señora de Guadalupe y la Iglesia de San Francisco Javier.
