El Reloj de Flores está ubicado en una pendiente de césped en la ladera del Cerro Castillo y es una obra maestra de la jardinería hecha con coloridas flores. Esta decoración botánica es un reloj en funcionamiento que fue inaugurado en 1962 como parte de la Copa Mundial de la FIFA, en la cual Viña del Mar fue una de las ciudades anfitrionas.
Observa las manecillas de las horas, los minutos y los segundos de 3 metros (10 ft) de largo. Los números están hechos con coloridos arreglos florales de solo 10 centímetros (4 in) de alto para permitir que las manecillas se muevan con libertad. Sobre del reloj hay un arreglo floral con las palabras Viña del Mar. Debido al clima mediterráneo de la ciudad, las plantas están en flor y muestran sus bonitos colores durante todo el año.
Cuando abrió al público, el reloj estaba controlado por un mecanismo de origen suizo. En la actualidad, utiliza un sistema satelital y un mecanismo electrónico de precisión. Utiliza la hora del reloj para ajustar el tuyo. Quédate el tiempo suficiente para escuchar los repiques que suenan cada 15 minutos y las oberturas musicales que cambian según la estación. Estas piezas musicales incluyen canciones de Navidad y música relacionada con el Mes del Mar de Chile, una celebración dedicada al océano que tiene lugar en mayo.
El Reloj de Flores se encuentra en una plaza pública cerca de la Playa Caleta Abarca. La estación de metro Miramar está a menos de diez minutos a pie.
Puedes visitar el reloj las 24 horas del día. Un buen momento para visitarlo es al atardecer, cuando el sol ilumina las manecillas y las flores. Por la noche está elegantemente iluminado por reflectores.
Después de admirar el Reloj de Flores, dirígete al Paseo Mirador Jorge Alessandri, ubicado a pocos metros de allí, para disfrutar de las magníficas vistas de la costa. Desde aquí, pasea por las calles de la zona del Cerro Castillo y observa las impresionantes mansiones coloniales. Echa un vistazo a la Parroquia Inmaculada Concepción, una pintoresca iglesia parroquial. Maravíllate con el emblemático Palacio Presidencial de Cerro Castillo, que funciona como residencia de verano de los presidentes chilenos.