El Museo Witte fue el primer museo público de San Antonio. Se construyó en 1923, y hasta la fecha sigue siendo una de las atracciones más visitadas de la ciudad. Todo el público en general disfrutará de este museo, es un lugar que atrae a lugareños y turistas por igual. Te animarás a leer, tocar y jugar a través de colecciones que exploran la historia del lugar, las ciencias, los dinosaurios y el antiguo Egipto.
La historia misma del museo es interesante. A principios del siglo XX, la maestra de una escuela de la ciudad tuvo la idea de comenzar un museo de historia y los alumnos salieron a la calle para recolectar donativos. La primera colección de historia natural que se adquirió con esos fondos se exhibió en la escuela Main Avenue High School. Un acaudalado empresario llamado Alfred Witte hizo un donativo tan importante que sirvió para que el museo se mudara a su sede actual, a orillas del río San Antonio, en Brackenridge Park, justo al norte del centro de la ciudad.
El "South Texas Heritage Center" es el orgullo del museo. Se considera una buena introducción a la historia local. Admira cientos de piezas de la década de 1850, cuando la ciudad era un centro de comercio del viejo oeste. Probablemente te hagan pensar en pistolas tipo revólver, hierros para marcar ganado y vaqueros montando a caballo. Mira fotografías históricas o intenta llenar una carreta jalada por burros. Conduce tu ganado a lo largo de un camino (por supuesto, se trata de una simulación en computadora). Todos los días se realizan demostraciones en las cabañas de madera. Así te darás una idea de cómo era la vida en el viejo oeste.
Otro punto de referencia, especialmente para los niños, es la "H-E-B Science Treehouse", junto al edificio principal. En esta casita del árbol, tus pequeños podrán participar en experimentos científicos interactivos. Y tendrán mucho de dónde escoger en los cuatro pisos y más de 1,300 metros cuadrados (15,000 pies cuadrados). Conoce información sobre las ondas de sonido, energía eólica, energía en general y maquinaria. Todo esto, a través de actividades adecuadas para niños, como un juego de baile donde usas tus sentidos y tiene que ver con el estudio del peso y la masa. En el exterior hay un muro para escalar de 6 metros (20 pies) de altura y un paseo en bicicleta de 4.5 metros (15 pies) de altura para mantener contentos a los visitantes más activos.
Aparta un buen tiempo para recorrer la extensa exposición de dinosaurios, que incluye fósiles de los populares triceratops y tiranosaurio rex. La exposición egipcia también es de las preferidas, incluso cuenta con una momia de miles de años de edad. También vale la pena explorar el patio donde encontrarás el Trail Drivers Monument (monumento al pionero), creado por el escultor estadounidense Gutzon Borglum. Él esculpió además uno de los monumentos más famosos de los Estados Unidos: el Monte Rushmore.
Compra tus boletos para el museo por Internet o en la taquilla. Puedes participar en una visita guiada y encontrar souvenirs únicos del sur de Texas en la tienda del museo. No hay lugares para comer en el interior del museo, pero puedes encontrar cafés y restaurantes muy cerca de ahí.
