La Costa de Amalfi es un escarpado tramo de costa donde sus antiguas ruinas, pueblos, poblaciones y viñedos están encumbrados sobre acantilados. Villas e iglesias se aferran a las laderas que se precipitan directamente hasta el mar. Ya sea que viajes a Praiano, Minori o Ravello, cada curva a lo largo de la carretera costera de 45 kilómetros (28 millas) te brinda paisajes asombrosos.
La Costa de Amalfi ha disfrutado de una reputación de ser un lugar favorito de los ricos y famosos. Aunque hay muchos bares, restaurantes y hoteles costosos, una visita a esta área de resorts se puede adaptar a toda clase de presupuestos.
La mayoría de los visitantes tiene como punto número uno de su agenda la relajación. Las playas son pequeñas y muy visitadas. La costa también tiene varias caletas privadas, aunque es complicado llegar a ellas desde el continente. Renta un bote en Amalfi para que encuentres tu propio paraíso secreto.
Actívate y explora el escarpado paisaje a pie. Por toda la costa hay muchas veredas para excursionar. Una de las más recorridas y menos pesadas es el "camino de los dioses" que está entre Positano y Praiano. Sin tener que recurrir a algún equipo especial, puedes recorrer la vereda con solo un cómodo par de zapatos para caminar.
Disfruta de otras maravillas de la naturaleza (con menos esfuerzo físico) en los jardines de Villa Cimbrone y Villa Rufolo. Da un lento paseo por sus jardines, los cuales están encumbrados en niveles sobre el mar. Los jardines están llenos con miles de flores y tienen vistas hacia la costa más abajo.
Muchos de los pueblos y otras poblaciones a lo largo de la costa tienen iglesias repletas de obras de arte religioso. Visita la Iglesia de Santa María Assunta en Positano para que veas el icono del siglo XII de la Madonna negra. Examina el busto de plata de San Lucas en la Iglesia de San Luca de Praiano.
La Costa de Amalfi disfruta de un clima mediterráneo con veranos cálidos e inviernos suaves. Los meses más calurosos y concurridos son junio, julio y agosto, cuando hay mucho tránsito por el gran volumen de vehículos, curvas cerradas y caminos angostos. La mejor época para visitar el área es en mayo y septiembre, cuando el clima es más fresco y el tránsito menos pesado.