Camina entre las palmeras del bulevar Praça da Sé hasta la imponente Catedral de São Paulo, la iglesia más grande de la ciudad y sede del arzobispado. Desde el otro lado de la plaza podrás ver las torres gemelas recubiertas de cobre de la catedral. Camina entre ellas para entrar a la catedral y ver la alta nave principal, la cripta subterránea y las tumbas que ésta alberga. Asiste a la misa dominical con los paulistas locales o participa en una visita guiada para que conozcas la fascinante historia del edificio.
Aunque la catedral actual fue terminada en 1954, justo a tiempo para conmemorar el aniversario número 400 de São Paulo, este lugar ha estado en el corazón de la comunidad católica de São Paulo desde finales del siglo XVI. Lo que inició como un pequeño recinto de oración con paredes de adobe, hoy está entre las mayores catedrales neogóticas del mundo.
Toma una foto desde la plaza principal para que captures la esencia de la catedral sin embargo, cuida tus pertenencias mientras lo haces, ya que el área es frecuentada por carteristas. Dirígete al interior para que veas la enorme nave principal, con capacidad para 8,000 fieles. Mira hacia arriba para admirar el techo abovedado. Mientras que la cúpula renacentista se inspiró en la Catedral de Florencia en Italia, la decoración del interior cuenta con varios elementos de la naturaleza brasileña. Busca las piñas, ramas de cafeto y armadillos que adornan las paredes.
Desciende hasta la cripta que está debajo del recinto principal para ver las tumbas de varios obispos. Busca las tumbas de bronce del padre Diogo Feijó y del jefe Tibiriçá, un líder tribal que se convirtió al cristianismo.
Visita la catedral en domingo si quieres ir a misa en la mañana. Escucha a uno de los órganos más grandes de América Latina tocar bellas melodías con sus 12,000 cañones. Participa en una visita guiada de la catedral después de la misa para que conozcas su historia y los estilos arquitectónicos usados en su construcción.
La Catedral de São Paulo está en el corazón de la ciudad y la mejor forma de llegar a ella es en metro o a pie. Hay algunos lugares de estacionamiento en la calle, aunque te recomendamos que te estaciones en estacionamientos seguros. La catedral abre todos los días y la entrada es gratuita.