La Catedral de Puno está bellamente decorada, aunque el interior es relativamente sencillo. Después de contemplar las figuras talladas de piedra en el exterior, dirígete al interior para disfrutar el ambiente tranquilo bajo los techos abovedados y contemplar el gran altar de mármol.
Aunque el nombre oficial de la Catedral de Puno es la Catedral Basílica de San Carlos Borromeo, muy pocas personas utilizan el nombre completo de este lugar de interés en la actualidad. La catedral se construyó en 1757 y forma parte de la escuela de arquitectura barroca andina, un estilo que se adoptó frecuentemente en las regiones montañosas de Sudamérica.
Después de incendiarse en 1930, la Catedral de Puno se reconstruyó por completo y obtuvo la designación de "Patrimonio Histórico Cultural de la Nación del Perú" en 1972. Los restos de Julio Gonzáles Ruiz, un antiguo obispo de la Diócesis de Puno, se encuentran sepultados en la catedral.
Comienza tu recorrido al observar el trabajo en piedra excepcional del peruano Simón de Asto en la fachada de la catedral.
En el interior, contempla el vestíbulo de la entrada recubierto de plata gracias a una donación de los mineros de la región, quienes financiaron esta iglesia. Camina hacia el altar de mármol, que tiene una pintura de un crucifijo como pieza central. Al parecer, este cuadro tiene una bala alojada como resultado de un conflicto del siglo XVIII sobre la propiedad de las minas de San Luis de Alba, por lo que se le conoce como El señor de la bala.
Observa cuidadosamente las demás obras de arte de la catedral, pues pertenecen a las escuelas de pintura de Cuzco y de Italia.
Puedes llegar fácilmente a la Catedral de Puno. La calle Lima, que es la calle peatonal principal de la ciudad, llega directo a la Plaza de Armas. También puedes tomar un taxi, un colectivoo un mototaxi para llegar a la catedral desde cualquier parte de la ciudad.
La entrada a la Catedral de Puno es gratuita y los visitantes pueden asistir a las misas diarias. La catedral se cierra todos los días a la hora de la comida. Visita la catedral por la noche para ver los campanarios iluminados bajo el cielo estrellado.