Aguas Calientes está abajo de Machu Picchu, y es la última parada del tren antes de la sagrada ciudad inca. Este pequeño pueblo se ubica en un profundo valle rodeado de montañas y bosques. Con sus restaurantes, aguas termales, veredas de excursionismo y su mercado, Aguas Calientes es más que la puerta de entrada a las ancestrales ruinas incas. Vale la pena pasar uno o dos días en este lugar antes de ir a Machu Picchu.
El pueblo tiene dos calles principales y puedes explorarlo fácilmente a pie, aunque primero tendrás que acostumbrarte a la altura del lugar. Dirígete a la plaza principal para que veas la estatua de tamaño real del emperador inca Pachacuti, un poderoso líder a quien se le atribuye la expansión del imperio inca. Compra bolsos, tapetes, joyas y otras artesanías locales en el mercado que está cerca de la estación del tren. Conoce más sobre el redescubrimiento de Machu Picchu en el Museo de Sitio Manuel Chávez Ballón. También hay más de 200 objetos incas de piedra, cerámica, hueso y metal en exposición. Ve decenas de especies de mariposas en la Casa de las Mariposas.
Si te sientes con energía, recorre la vereda hasta Putucusi, la escarpada formación rocosa frente a Machu Picchu. La ruta inicia en las afueras de Aguas Calientes y los antiguos escalones y escaleras verticales de piedra te llevarán parte del camino hasta la cima. Un paseo más corto y menos extenuante te llevará a los Jardines de Mandor, una reserva natural llena de orquídeas, la cual también tiene una cascada.
Cuando regreses, sumerge tus músculos adoloridos en las aguas termales que están a 15 minutos a pie afuera del pueblo. Aguas Calientes se llama así por estas aguas termales sulfurosas que emergen del suelo rocoso. Para comer o cenar, prueba un roedor llamado "cuy" (o cuyo) al horno, chiles rellenos y otros platillos tradicionales en uno de los restaurantes. El pueblo también cuenta con varias pizzerías.
Aguas Calientes tiene bastantes opciones de alojamiento, que incluyen económicos hostales, hoteles de precio moderado y lugares más elegantes. El pueblo es una zona libre de coches por estar fuera de la red de caminos. La mayoría de los viajeros llegan en tren desde Cuzco, un viaje que puede durar hasta cuatro horas.