Córdoba es una ciudad alejada del estrés del tiempo, con sus jardines floridos y paredes encaladas, pero también es testigo de un patrimonio histórico único. Alguna vez fue la capital del dominio árabe en la península Ibérica, una vez fue el hogar de un millón de personas y donde florecieron artesanos y eruditos multiculturales y multiétnicos. Vea el Alcázar de los Reyes Cristianos, construido a lo largo de las antiguas murallas romanas de la ciudad del 206 a. C. El Alcázar, que en árabe significa «palacio», era una fortaleza medieval que se amplió hasta convertirse en un palacio más grande con baños, jardines y una de las bibliotecas más grandes de Occidente. Tras la conquista de Córdoba, se convirtió en la residencia principal del rey Fernando y la reina Isabel y fue el lugar donde conocieron a Cristóbal Colón antes de su primer viaje a las Américas. Pase por la Mezquita-Catedral de Córdoba, una mezquita islámica del siglo VI que se construyó en el sitio de un templo cristiano que data de los visigodos, que se convirtió de nuevo en catedral católica en 1236 después de la Reconquista. Camina por la calle más pintoresca, la Calleja de las Flores, declarada Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO desde 1994 y elegida como la calle española más bonita por la revista «Trendencias». Viaja en el tiempo para conocer en profundidad la historia de Córdoba y la forma en que influyó en los destinos ibéricos y en el mundo entero.