Pasa un día lejos de la metrópolis de Milán y dirígete al norte hacia Verona y el imponente paisaje del lago de Garda. Como escenario de la obra Romeo y Julieta de Shakespeare, Verona posee un ambiente romántico que pocas ciudades pueden igualar. De igual manera, los paisajes a la orilla del lago y las aguas cristalinas del lago de Garda son inigualables.

El centro de la ciudad de Verona es una obra maestra de la arquitectura. La arena romana sorprendentemente intacta en su epicentro todavía celebra óperas actualmente. Explora las sinuosas calles antiguas de la ciudad y dirígete al balcón de Julieta, considerado la inspiración detrás de la famosa escena de amor de Shakespeare. Asegúrate de frotar el pecho de la réplica de la estatua Julieta, la cual, según dice la leyenda, trae suerte en el amor para toda la vida.

Después, viaja a los encantadores pueblos alrededor del lago de Garda, de los cuales Sirmione es tu principal puerto de escala. El moderno pueblo cuenta con angostos callejones sinuosos y un bello castillo con foso. Usa tu tiempo libre para explorar la belleza natural del área antes de emprender tu panorámico viaje de regreso a Milán.