Antes llamada «La Jerusalén del Norte», Vilna es el tipo de ciudad a la que le gusta mostrar sus cicatrices: antiguos guetos judíos, museos dedicados al Holocausto y cámaras de tortura de la KGB. Pero Vilna es más que eso: también tiene uno de los cascos antiguos más auténticos del mundo, así como una cobertura del 40% de espacios verdes, calles empedradas y arquitectura de época que le dan a esta ciudad su carácter especial. Vilna se parece más a un gran pueblo que a una metrópoli capital. La vida aquí tiene su propio ritmo, salpicada de una vida cultural de vanguardia que sorprende a todos los visitantes. Descubra la iglesia de Santa Ana, sus 33 ladrillos de arcilla diferentes y su combinación especial de estilos gótico y ladrillo. Visita la iglesia de los Bernardos del siglo XV, una de las más grandes de Vilna. Aprenda sobre la Universidad de Vilna, una de las más antiguas de Europa y la más antigua de los países bálticos. Admire el Palacio Real de Lituania, una nueva copia del original construido en el siglo XV. Tómese un descanso en la catedral de Vilna, el corazón de la vida católica de Lituania. Camine por la avenida Gediminas, el bulevar principal de Vilna. La capital de Lituania te sorprenderá en cada esquina.