Chisinau es el corazón palpitante de la República de Moldavia. Arrasada durante la Segunda Guerra Mundial, la ciudad fue reconstruida posteriormente por los rusos, lo que explica los edificios de aspecto muy soviético y la arquitectura estalinista de sus principales bulevares. Mientras tanto, puedes echar un vistazo a algunos edificios anteriores a la Segunda Guerra Mundial, probar algunos de los cafés, bares y restaurantes de moda o el famoso vino local en cualquiera de las docenas de bodegas de la ciudad, ir a comprar antigüedades en Arbat o, si te apetece, sumergirte en la loca vida nocturna.
En general, Chisinau es un lugar perfecto para una agradable escapada de fin de semana. Durante nuestro recorrido privado a pie, conocerá de primera mano algunas de las principales atracciones que ofrece esta ciudad: el parque y el monumento a Esteban el Grande, un héroe medieval local; el edificio del Parlamento con forma de libro abierto; el Palacio Presidencial, el punto álgido de las protestas de 2009; la tienda de vinos Milestii Mici, para comprobar y quizás probar algunos de los vinos locales de fama mundial; el Ayuntamiento, con su estilo gótico italiano clásico de principios del siglo XX, uno de los quedan pocos de su tipo y muchos más.