La catedral de Oviedo es el núcleo del centro histórico de la ciudad y el inicio de todos sus caminos. En su interior, recorreremos más de ocho siglos de historia asturiana.
Nos reuniremos en la puerta del templo para entrar en la Nave Central, cuyas vidrieras tuvieron que ser restauradas en varias ocasiones. Hoy en día, su rosetón norte aún se conserva.
El resto cuenta muchas de las leyendas del reino asturiano y dan un color muy peculiar al interior. También nos llevan al Retablo Mayor.
Pasarás por el hermoso y tranquilo Claustro antes de dirigirte al Cementerio de Peregrinos. Se encuentra en un pequeño jardín de la cripta de Santa Leocadia.
También visitarás la Sala Capitular, que fue la sede de la antigua Asamblea General del Principado y, desde el Cementerio de Peregrinos, llegarás a la Cámara Santa, declarada Patrimonio de la Humanidad.
Aquí se guardan reliquias de Tierra Santa, así como la Cruz de la Victoria, con la que Don Pelayo llevó a sus tropas a la victoria en la Batalla de Covadonga. Verás la Sábana Santa, la Cruz de los Ángeles y la Caja de Ágatas.
El monumento también es el origen del Camino Primitivo desde la época de Alfonso II el Casto, por lo que la catedral de Oviedo pasó a ser considerada el punto de partida de muchos peregrinos.
Al salir de su interior, nos detendremos junto al pórtico. Esto está directamente relacionado con las torres que se habían planificado, de las cuales solo una terminó viendo la luz.
Conoceremos sus secretos y curiosidades, así como la forma en que resistió los incendios, los saqueos y la Guerra Civil española. ¡Descúbrelo todo en esta interesante visita!