Después de conducir durante media hora, llegamos a Perast. Un pedacito de Venecia en Montenegro. Calles románticas pavimentadas con piedra pulida, café en la orilla mientras el olor característico del mar se apodera de ti, racimos de glicinas que caen del toldo, antiguas catedrales e iglesias, un corto paseo en barco, especialidades de pescado y marisco… Mucho recuerda a Italia, pero es nuestro.
Perast es una antigua ciudad-museo donde cada calle, casa, escalón o piedra tiene su propia historia y su propia historia, y el mejor testimonio es la arquitectura barroca, la mayor parte de ella creada entre los siglos XVII y XVIII. Fue construido por marineros ricos y respetables, y muchas familias eran de origen noble y fomentaron la cultura y la creatividad. Ese espíritu artístico, fino y elegante que Perast todavía tiene hoy en día: esta energía colorea este lugar lleno de palacios, capillas e iglesias. Vivo, elegante, pequeño y fotogénico: Perast te seducirá en cuanto cruces su umbral.
Disfrutando de un paseo en barco visitaremos Nuestra Señora de las Rocas, que es una isla única hecha por el hombre. Fue creado por el hundimiento de viejos barcos cargados de piedras. Como dice la leyenda, fue creado por marineros locales que descubrieron un icono de la Virgen con el Niño en una roca del mar. Después de eso, colocaban la piedra en el mismo lugar cada vez que regresaban de un viaje exitoso, lo que hacía que la isla emergiera gradualmente. La historia continúa, ya que cada año, el 22 de julio al atardecer, los residentes locales sacan sus botes y arrojan piedras al mar que rodea la isla.
Dentro de la iglesia, se puede visitar el gran altar de mármol, obra de Antonio Capellano, un escultor de Génova. En él se puede ver el icono de Nuestra Señora de Škrpjela, obra de la pintora Lovra Dobričević, una de las más grandes maestras de la época en los Balcanes.
Haga una parada para disfrutar de ostras y mejillones frescos. Una de las joyas ocultas favoritas de la costa montenegrina que te sorprenderá. Degustarás mejillones, ostras y pescado orgánicos de alta calidad, preparados delante de ti. Las ostras se servirán frescas, con un toque de limón jugo y pimienta. También se le ofrecerá vino local que le contará una historia con su sabor. El mar es muy limpio y rico en especies marinas, como estrellas de mar, cangrejos, peces y, si tienes suerte, podrás ver tortugas marinas y delfines. Podrás disfrutar del extraordinario paisaje de la bahía mientras te presentaremos desde el principio todos los procesos tecnológicos de cultivo de mejillones y ostras. Las conchas añaden a cada comida el olor y el sabor del mar, el sol y la relajación. Ya sea que las conchas sean claras u oscuras, los platos de mariscos no solo son muy sabrosos, sino que también impresionan visualmente. Los criadores marinos son responsables del cultivo de las ostras, y pasan algunos años antes de que los mariscos lleguen a las mesas de todo el mundo.