Esta iglesia fue reconstruida varias veces y tomó su aspecto actual entre 1500 y 1600. Fue consagrada el 29 de octubre de 1645 por el entonces obispo de Torcello Marco Antonio Martinengo. A lo largo de los siglos se sometió a varias restauraciones, conservando la arquitectura antigua. Vista desde el exterior, la iglesia carece de entrada principal, de hecho se entra lateralmente por una puerta renacentista, cerca de la Capilla de Santa Bárbara.

Más al norte, en la laguna, se encuentra Burano, una isla de pescadores formada por cientos de coloridas casas que le otorgan el título de uno de los pueblos más coloridos del mundo. A diferencia de Murano, que disfrutó de destreza industrial durante gran parte de su historia, Burano siguió siendo principalmente agrícola y la pesca fue su principal industria. Se dice que las casas de colores fueron pintadas en tonos brillantes para ayudar a los pescadores a navegar por la laguna en los días de niebla. Burano también es conocida por sus tradiciones de fabricación de encajes, que se originaron en el siglo XVI.