Apolonia se erigió en el 588 a. C. en las colinas ya habitadas por los ilirios, tras la fundación del antiguo Dirraquio. Fue un grupo de colonos griegos de Corfú y Corinto, bajo el liderazgo de Gylax, quienes la fundaron. Un joven Augusto, que aún no era emperador, pero ya protegido por César, vino a estudiar a Apolonia. Por aquí pasaban comerciantes y hombres de letras, comandantes y religiosos. Los edificios públicos de la ciudad se desarrollaron en medio de las dos colinas, entre un área dedicada al entrenamiento militar (Arx) y un área dedicada al culto (Temenos). En Temenos, se encuentra el Templo de Apolo y los restos de algunos monumentos del siglo VI a.C. junto con un templo dórico, almacenes y dos pequeños santuarios. El centro de la vida de Apolonia era el ágora, que contenía varios edificios. Un teatro griego y un monumento dedicado a las ninfas, algunos edificios políticos como el B ouleterion, el Odeon, la Biblioteca, el Arco del Triunfo, el Templo de Diana y el Prytaneion, el pequeño parlamento local de la época.