Comience su viaje en Casablanca y diríjase a Rabat, donde el pasado y el presente de Marruecos se entrelazan a la perfección. Al llegar a esta ciudad imperial, retrocederá al siglo XII con una visita a la icónica Torre Hassan. Esta imponente estructura, que forma parte de un ambicioso proyecto de mezquita que el sultán Yacoub al-Mansour dejó inconcluso, es un testimonio del patrimonio y las aspiraciones medievales de la ciudad. Cerca de allí, el mausoleo de Mohammed V ofrece una visión de la historia más reciente de Marruecos: su silueta blanca inmaculada rinde homenaje al legado de los venerados reyes de la nación y su papel en el logro de la independencia.
Pasea por la Kasbah de los Udayas, una fortaleza que alguna vez protegió la ciudad de las invasiones y que ahora sirve como un barrio tranquilo con jardines de estilo andaluz. Aquí, las calles cuentan historias de refugiados andaluces que se establecieron en Rabat en el siglo XVII, trayendo consigo una vibrante arquitectura azul y blanca. El viaje continúa hacia la medina de Rabat, donde cada rincón refleja una mezcla de antiguas raíces bereberes, influencia andaluza y toques coloniales franceses. Mientras exploras sus estrechas callejuelas, descubre la artesanía local en los zocos tradicionales y observa cómo la ciudad equilibra sus antiguas murallas con la vida moderna. Este viaje no es solo una visita; es una inmersión en la historia viva de una ciudad que moldeó y fue moldeada por el rico pasado de Marruecos.