6/10
Ya desde el momento de la reserva iba temerosa de lo que nos íbamos a encontrar porque el anfitrión no se comunicaba con nosotros. La casa está bien, cómoda, bien situada, pero la mala comunicación por parte del anfitrión y las faltas que encontramos en la casa hacen que nos vayamos con un sabor más agrio que dulce.
Le preguntamos antes de realizar el viaje si tenían en la casa cosas básicas como jabón azúcar aceite… no contestaron hasta 2 horas antes de la entrada cuando ya habíamos volado a la isla. Dijeron que había de todo, pero al llegar no había aceite, azúcar o champú y lo más alucinante, no había estropajos. Tuvimos que ir a comprar de todo al súper del pueblo. Lo positivo es que nos dejaron entrar un par de horas antes por que estaba la casa disponible. Durante la estancia fue todo normal hasta que una noche fresca fuimos a sacar el nórdico… estaba lleno de manchas. Una falta imperdonable a nuestro parecer. El lavavajillas no lavaba bien, y el horno estaba muy sucio. Otro problema fue con el wifi, se desconectaba continuamente, sólo llegaba bien en la habitación. Positivo también: disponer de secadora, y bomba de calor, muchas toallas y la zona de la terraza, todo bien con la piscina. Se hubiera agradecido un mechero o cerillas para encender la barbacoa.
Rocío M.
Se hospedó 4 noches en octubre de 2021