La historia de Tunica es una de pobrezas y riquezas. La ciudad fue fundada en el 1800 y era notoriamente pobre. En la década de los noventa, se legalizó el juego y un interés masivo por los nuevos casinos y atracciones cambió el rumbo de la economía. Hoy en día, Tunica cuenta con algunos de los casinos más conocidos del país y, cada año, más de 15 millones de personas vienen a esta ciudad a probar suerte.
A lo largo del río Misisipi, hay nueve casinos con las salas de juego más animadas del país. Si no eres amante del póquer, el blackjack, la ruleta ni de las máquinas tragamonedas, puedes jugar al golf, relajarte en un spa, ver espectáculos en vivo y disfrutar de la gran variedad de restaurantes.
Pasea por la zona histórica del centro para ver el palacio de justicia restaurado y la casa museo Tate, la residencia más antigua de la ciudad. Recorre tiendas de antigüedades o el Museo de Tunica para ver objetos del humilde pasado de la ciudad. Siéntate en un café o camina por el sendero ecológico de RiverPark. En el centro de interpretación, hay exposiciones de las comunidades que crecieron a lo largo del río Misisipi. Por la noche, disfruta de una cena y un crucero turístico en el Tunica Queen, un enorme barco de vapor.
Gracias a los servicios de transporte al casino y los taxis, es fácil trasladarse en Tunica si no dispones de un auto. Si tienes uno, realiza una parada en el centro de visitantes de Tunica en la carretera 61. Este es el punto de partida de la "carretera del blues", que te llevará desde estos lugares al norte del Misisipi a lo largo de varios puntos emblemáticos en honor a las leyendas del blues, como Eddie James "Son" House, Harold "Hardface" y James Cotton.
Los melancólicos tonos del blues, escuchado por primera vez en estas plantaciones y bares locales, dieron origen a la música pop moderna. Si eres amante de todo lo relacionado con la música, puedes manejar 45 minutos de Tunica a Memphis para visitar Graceland, la casa de Elvis Presley y la cuna del rock and roll.