Desde las cuatro torres imponentes con múltiples esculturas que representan las religiones de Tailandia, la India, China y Camboya, hasta las intrincadas figuras talladas dentro de cada una de las cuatro alas del edificio, cada ángulo del Santuario de la Verdad aporta una perspectiva nueva y asombrosa. En la decoración, no se pasó por alto ni un solo panel de la estructura. Así mismo, todas las paredes, los techos y los huecos del lugar presentan figuras de dioses, animales y otros símbolos religiosos tallados de un modo muy peculiar.
También conocido como Wang Boran o Prasat Mai, el Santuario de la Verdad fue el sueño de un empresario tailandés adinerado: Lek Viryaphant. Su objetivo era crear un espacio que encarnara el conocimiento espiritual y ancestral de Asia, y combinara el simbolismo de sus múltiples religiones para procurar alcanzar una única religión que unificara la verdad de la humanidad. Si bien gran parte del simbolismo puede pasar inadvertido para el turista promedio, sigue siendo un sitio espectacular, que incluso cobra mayor interés cuando tomas consciencia de que la totalidad de la estructura tallada a mano fue fabricada únicamente a base de teca, sin siquiera un solo clavo.
El complejo te da una oportunidad única de contemplar un monumento en proceso de construcción. Comenzó a construirse en 1981 y su terminación está prevista para 2015. En el predio de 13 hectáreas (32 acres), encontrarás artesanos muy compenetrados con su trabajo, que tallan esculturas con un estilo tailandés ancestral. Más de 250 artesanos trabajan a diario para garantizar que la estructura se termine de construir a tiempo.
Para observar de cerca a los artesanos, deberás participar en uno de los tours, que comienzan cada media hora durante todo el día. Sigue a tu guía a lo largo de los cuatro salones principales que contienen esculturas dedicadas a los orígenes de la Tierra, nuestro entorno físico, el amor parental y la importancia del sacrificio. En el salón central, detente frente a un santuario tallado con abundante decoración, donde encontrarás un imponente Buddha bañado en oro, con su luz etérea.
La magnífica vista al mar contribuye al esplendor del edificio, y los espectáculos de danzas tailandesas, que tienen lugar dos veces al día, te proponen una dosis de diversión, en caso de que te canses de admirar las esculturas.
Una visita al Santuario de la Verdad puede tomar, fácilmente 3 horas. Está ubicado al norte de Pattaya Beach, en Naklua St. Se cobra un cargo para entrar al complejo y se requiere llevar vestimenta respetuosa. A los turistas con piernas y hombros descubiertos no se les autorizará la entrada.
