Pasea por los hermosos jardines de la Abadía de Santa María, un complejo benedictino que data de los días de Guillermo el Conquistador en el siglo XI. Esta gran abadía era una de las más ricas del país hasta que Enrique VIII reformó la iglesia en el siglo XVI.
Maravíllate con los impresionantes arcos de la abadía que sobrevivieron casi un milenio. Imagina los grupos de creyentes que asistían a esta próspera institución en su mejor época. Intenta reconstruir las partes faltantes con tu imaginación. Admira los arcos, las columnas y los detallados diseños en la piedra de la construcción, típica de la arquitectura románica.
Algunos muros de la abadía siguen de pie, al igual que un gran sector del Palacete del Rey, donde ahora funciona parte de la Universidad de York. Admira los puntos más destacados de las ruinas, como la Torre de Santa María y el Hospital de Peregrinos. Puedes observar muchos otros restos de la fascinante construcción en el Museo de York, ubicado a pocos metros.
Pasea por el parque que rodea la abadía. El gran espacio verde, que también cuenta con jardines botánicos y vida silvestre, es un lugar ideal para relajarse en el corazón de la ciudad. Avista ardillas y pavos reales mientras observas la exótica vegetación, como araucarias y castaños de indias.
Haz un pícnic y reúnete con amigos frente a las impresionantes ruinas. Toma fotografías de la encantadora variedad de árboles y flores junto a la abadía. El parque es un popular sitio para los estudiantes y jóvenes enamorados y es parte de muchas de las excursiones a pie de York.
Las ruinas de la abadía están abiertas todo el año y la entrada es gratuita. La Abadía de Santa María está ubicada en los Jardines del Museo de Yorkshire, en el corazón de la ciudad. Al oeste podrás ver el río Ouse y al noreste, la Galería de Arte de York. También puedes tomar un camión desde casi cualquier lugar de la ciudad o caminar algunos minutos en dirección noreste desde la Estación de Tren de York.