La capital de Islandia (que en su idioma original se escribe "Reykjavík") es pequeña pero está llena de cosas qué hacer. Esta ciudad ofrece un escenario musical de renombre mundial, un estilo arquitectónico ecléctico, historia vikinga, piscinas naturales de aguas termales y unas de las calles más amigables y seguras de Europa. Reikiavik también es tu "centro de operaciones" ideal para experimentar la asombrosa belleza natural de Islandia, ya que puedes unirte a viajes de un solo día o aventuras de varios días.
El clima en Reikiavik es muy variable, así que empaca ropa para todos los climas (¡no olvides tu traje de baño!). Cuando salga el sol, súbete a un bote y da un tour por el Muelle de Reikiavik, donde tendrás la oportunidad de ver frailecillos y ballenas. Después, súmate a las multitudes y disfruta de los parques en el centro de la ciudad, el lago Tjörnin y los diferentes mercados. Sube al campanario de la iglesia más grande de Islandia, Hallgrimskirkja, desde donde tendrás vistas panorámicas del horizonte del casco viejo, repleto de techos de colores, y de las espectaculares montañas y glaciares en las afueras de la ciudad.
Si vienes de viaje entre octubre y marzo, es una excelente oportunidad para que conozcas el espectáculo de luces más grandioso de la "Madre Naturaleza": las auroras boreales. En las noches oscuras y despejadas, abrígate y emprende el viaje rumbo al faro Grótta, los parques Miklatún o Hljómskálagrður, o a la colina Öskjuhlíð. Estos son los mejores puntos para apreciar las "luces del norte" en Reikiavik.
Si el viento comienza a sentirse demasiado frío, busca refugio en uno de los numerosos museos de Reikiavik. Visita la Exhibición del Asentamiento 871± 2 en elMuseo de la Ciudad de Reikiavik, donde podrás ver las ruinas arqueológicas más antiguas de Islandia. Después, continúa tu recorrido por la historia de la isla en el Museo Nacional de Islandia. Detente en el Museo de las Sagas, ubicado en una torre llamada Perlan (la Perla), una de las seis torres que anteriormente se usaban como tanques para almacenar agua. En este museo, las figuras de cera recrean momentos clave en la historia de Islandia.
Para ser una ciudad pequeña, Reikiavik ha sorprendido al mundo con sus escenarios culturales y creativos. Explora las galerías de la ciudad, sus librerías y extravagantes boutiques antes de descubrir al siguiente Sigur Rós o Björk en los aclamados bares y famosos centros con música en vivo.
Luego de explorar las calles, pistas de baile y afueras de Reikiavik, únete a los lugareños en uno de los siete manantiales de aguas termales que hay en la ciudad, como Arbaejarlaug y Laugardalslaug.
Es mejor que planees tu visita para la estación del año y las actividades que prefieras. A mediados de junio, Reikiavik tiene 21 horas de sol al día, con lo cual tienes la oportunidad de descubrir todas las maravillas que esta metrópolis tiene para ofrecer.