Tras la ampliación y restauración, la estancia cuenta con espaciosas habitaciones: dos dormitorios dobles, salón – comedor, cocina y baño. Un generoso porche constituye la entrada al salón – comedor, eje principal de la casa. La abundante presencia de la madera, aislante y estéticamente cálida, impregna los ambientes de un efecto de bienestar Las habitaciones bañadas por la luz se asoman al jardín y al huerto donde podemos disfrutar de los rojos atardeceres, especialmente espectaculares en esta zona de la Isla.
Casa La Verada dispone de piscina de uso privado cuyas dimensiones son: 8mx4m y su profundidad 1,40m.
Después de un corto paseo desde el pueblo se llega directamente a la vivienda a través de una senda rural. La casa se mantiene en un maravilloso aislamiento, rodeada por un paisaje verde cubierto de hermosos árboles y como fondo el horizonte impasible del mar.