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NO RECOMIENDO Hotel Monica. Es un hotel alejado del centro de Praga (aprox. 30 minutos con el transporte público), con difícil accesibilidad, puesto que si no tienes alternativa de coche, tienes que subir un largo tramo de escaleras que se hace eterno e incómodo llevando contigo el equipaje. Además se encuentra en unas condiciones bastante dejadas y antiguas (grietas, manchas en el pasillo, mala iluminación, etc.). No sólo con el mal aspecto del hotel (que poco parecía un hotel y menos de 3 estrellas), el servicio era muy serio y poco atento (ni una sonrisa cuando saludábamos, ni cuando nos informaban de alguna cosa, hasta preguntamos a la recepcionista por una llave que no había dado y ni ella sabía de dónde era!).
El pasillo para llegar a la habitación era oscuro, con manchas en las paredes y en el suelo. Una vez dentro de la habitación (con una temperatura horriblemente alta y que no se podía regular de ninguna forma), teníamos un baño estándar, eso sí, con un secador de pelo muy antiguo y poco manejable, y sin ninguna botella de champú o gel para la ducha. El WIFI no funcionaba bien, apenas llegaba la cobertura y para ver la televisión tenías que pedir un código PIN.
El colmo llegó cuando nos dimos cuenta que no cambiaban las sábanas, sino que simplemente entraban en la habitación para recoger la basura que estaba en el baño y te hacían la cama, siempre con las mismas sábanas! Definitiva: hotel mal comunicado, con poca luz, y con un personal e higiene nefasta.
Cliente verificado
Se hospedó 3 noches en diciembre de 2019