La Playa de Ajuy es una pintoresca zona de restaurantes y tiendas con vista a una costa de arena volcánica negra. La arena es muy suave y tiene una fascinante apariencia, salpicada de pequeños guijarros grises de carbón. Escala las colinas rocosas para disfrutar de la excelente vista y tomar fotografías de los inusuales colores de la naturaleza en este destino de Fuerteventura.
Siente bajo tus pies la singular combinación de arena suave y guijarros oscuros mientras caminas por la costa. Broncéate en la playa o refréscate en el mar no obstante, ten cuidado con la intensidad de la marea. No te sorprendas si ves a algún bañista desnudo caminando por la arena, ya que la Playa de Ajuy permite el ingreso de los nudistas.
Sube las colinas más allá de las rocas amarillas para encontrar las cuevas de la zona. Entra a una de estas grutas y prepara un pícnic. Según se dice, los piratas ingleses ocultaban sus tesoros robados en estos lugares. Algunas de las cuevas son de gran tamaño e incluyen escaleras y pasamanos. Trae el calzado apropiado y una linterna para recorrer las profundidades de las cavernas. Cuando salgas de las cuevas, admira las extrañas formaciones rocosas que te rodean y contempla la pintoresca costa.
Tierra adentro, aunque no muy lejos de la playa, encontrarás hermosas calles con cafés y restaurantes que sirven pescado fresco. Toma un camión que te llevará por las colinas de Betancuria, donde podrás encontrar edificios coloniales y museos en medio de un valle.
La arena negra es una característica peculiar de la isla y es el resultado de las erupciones volcánicas. Puedes utilizar sin cargo los senderos de los acantilados que rodean la playa y también encontrarás estacionamiento gratuito.
La Playa de Ajuy se encuentra entre dos barrancos en la costa oeste de Fuerteventura. Una autopista conecta la zona con la pequeña ciudad de Pájara y el resto de la isla. Toma un camión o un taxi para hacer el trayecto de 48 kilómetros (30 mi) en dirección oeste desde el Aeropuerto de Fuerteventura.