El Palacio de Diocleciano alberga una de las ruinas romanas más importantes del mundo. Esta antigua fortaleza, el lugar donde un poderoso emperador pasó su vejez, terminó por convertirse en el centro histórico de Split. En la actualidad, aproximadamente 3,000 lugareños viven en sus confines. Pasea por los angostos callejones y mira las ruinas del antiguo palacio y las fortificaciones.
El palacio fue construido por el emperador romano Diocleciano cuando se retiró de la política en el año 305d. C. Diocleciano tomó esta decisión por problemas de salud y fue el primer emperador romano en renunciar al título por voluntad propia. El emperador pasó los diez últimos años de su vida en este lugar. Visita el centro histórico de la ciudad y conoce su evolución desde la época de Diocleciano.
Entra al palacio por una de las cuatro puertas. Te sorprenderán las enormes y resplandecientes piedras blancas, que fueron suministradas por Diocleciano y provenían de la isla cercana de Brač.
Pasea por las sinuosas calles y presta atención a los frentes de las tiendas y las fachadas de las casas, muchas de las cuales fueron incorporadas en la época medieval. Aunque estos edificios fueron construidos en la Edad Media, cuentan con detalles romanos originales, como las columnas. Mira las esfinges de piedra que Diocleciano importó de Egipto.
Echa un vistazo al peristilo, una plaza central al aire libre por la que se accedía a los aposentos de Diocleciano. Presta atención al "protiron" en el extremo sur de la plaza. Esta entrada triangular con techo a dos aguas conducía a los apartamentos imperiales. Al este de la plaza se encuentra la Catedral de San Duje, que funcionaba como mausoleo y albergaba los restos de Diocleciano. Después, fue transformada en iglesia. Sube a la cima del campanario para contemplar una de las mejores vistas de la ciudad.
Al oeste del peristilo encontrarás el Templo de Júpiter. Este es el único templo en pie de una antigua triada y fue convertido en baptisterio durante la Edad Media. Admira las complejas molduras de la puerta y entra para ver las tumbas de piedra medievales.
El Palacio de Diocleciano se extiende hasta la zona costera y la mejor manera de recorrerlo es a pie. Podrás caminar por el complejo palaciego sin cargo, pero deberás pagar un boleto para entrar a ciertos edificios, como el Templo de Júpiter y la Catedral de San Duje.