Con su hermosa ubicación e importancia histórica, el León de Lucerna (llamado Löwendenkmal en alemán) es una de las esculturas más famosas de Europa. De varias maneras, el monumento representa la unidad europea aunque está en Suiza, fue diseñado por el escultor danés Bertel Thorvaldsen y construido por el mampostero alemán Lukas Ahorn.
El Monumento del León fue erigido en 1821 para honrar a los guardias suizos que fallecieron durante la Revolución Francesa. En 1792, la muchedumbre irrumpió en el Palacio de las Tullerías. Mercenarios suizos trataron de defender a la familia real. Sin embargo, 600 soldados murieron durante la batalla. Un oficial suizo de Lucerna gozaba de licencia en ese entonces. Cuando escuchó sobre la masacre, se sintió obligado a construir un monumento conmemorativo en su ciudad natal para honrar a sus camaradas caídos.
Escarbada en roca de arenisca, la escultura es famosa por su desgarrador realismo. Con casi diez metros (32 pies) de largo, la escultura representa a un león moribundo sobre un montón de escudos y lanzas. Una inscripción sobre el gran felino dice “Helvetiorum Fidei ac Virtuti”, que significa “A la lealtad y valentía de los suizos”. El escritor Mark Twain proclamó que el Monumento del León era “el pedazo de piedra más triste y conmovedor en el mundo”.
El León de Lucerna está a 15 minutos caminando desde el Casco Antiguo. Letreros por toda Lucerna guían a los visitantes hasta el monumento. Asegúrate de traer tu cámara. Cuando veas el hermoso lugar donde está la escultura, entenderás por qué es tan famosa. Si quieres evitar a las multitudes, asegúrate de llegar temprano en la mañana. La entrada es gratuita.
Después de disfrutar del Monumento del León, explora las atracciones cercanas. A unos pasos de la escultura está el Jardín Glaciar, un asombroso paisaje de rocas y flores subtropicales. Esta maravilla natural está cubierta con un jardín botánico y constituye el lugar perfecto para un paseo en la tarde.