Para empezar llegamos y nos cobraron unas tasas "locales" de las que no fuimos informados. En segundo lugar, habíamos contratado una habitación con ducha y ni si quiera existían dichas habitaciones en este hostal, solo había habitaciones con ducha compartida, que además estaba al final de un pasillo por lo cual nos pillaba bastante lejos de la habitación. Además, aunque en la reserva también nos ofrecían artículos de aseo, solo nos dieron un sobre pequeño de champú y una toalla para dos personas y dos días.
Pero sin duda, lo peor del hostal es su entorno, la primera noche ya tuvimos problemas con ruidos y gritos en la calle justo abajo de nuestra ventana pero la segunda noche fue aún peor, pasamos despiertos desde las 4.30h hasta las 7.30 am, debido a gritos de amenazas de muerte en la calle, por los cuales incluso tubo que venir la policía tres veces, la última de ellas a llevarse a una persona que portaba un cuchillo jamonero en la mano y una pistola con los que amenazaba a sus familiares... Surrealista. Pasamos verdadero miedo, puesto que todo el altercado se llevó a cabo en la casa frente a nuestra ventana. Puesto que teníamos que trabajar al día siguiente, está claro que jamás volveremos a este sitio del cual nos marchamos al día siguiente habiendo dormido 3 escasas horas.
Para terminar, y como nota informativa, los recepcionistas (2 de 3) ni si quiera hablaban bien español, por lo cual ni si quiera pudimos pedir explicaciones ni quejarnos formalmente al hostal.