Mallorca es uno de los destinos más populares de España en el Mediterráneo y cuenta con una encantadora combinación de ciudades en la cima de colinas, playas de arena y exuberantes bosques de olivos. Aunque las paradisíacas playas de la isla son merecidamente populares, dirígete tierra adentro para recorrer los diversos paisajes.
Visita Palma, la capital de la isla, para aprovechar sus ofertas culturales y ver la llamativa Catedral de Palma de estilo gótico. Observa el baldaquino surrealista de Antoni Gaudí y un inusual retablo de azulejos pintados del escultor Miquel Barceló. Desde la catedral, nace una red de encantadores callejones bordeados de edificios históricos y excelentes restaurantes.
Al norte de Palma se encuentra el pintoresco pueblo de Valldemossa, conocido por su Real Monasterio Cartusiano. A lo largo de la historia, este fascinante monasterio funcionó como hogar de reyes y monjes, así como también del compositor Frédéric Chopin y la novelista George Sand.
Asegúrate de visitar Sóller, un hermoso pueblo salpicado de grandes edificios del siglo XIX y principios del siglo XX. Echa un vistazo a las interesantes estructuras de estilo modernista diseñadas por contemporáneos de Antoni Gaudí. Visita el tradicional mercado de los domingos.
Recorre las pintorescas calles de Alcudia, con sus hermosas casas y elegantes iglesias. Visita las ruinas del antiguo pueblo romano de Pollentia, el cual se remonta al año 70 a .C.
Ninguna visita a Mallorca está completa sin un paseo por la playa. El Arenal es una de las más populares de la isla y es conocida por su arena dorada y las fiestas que duran toda la noche. Dirígete a Cala Mesquida, ubicada en la costa noreste, y disfruta de las excelentes condiciones para practicar surf o visita Cala Comtessa en la costa oeste si prefieres aguas más tranquilas y un ambiente más familiar.
Mallorca se encuentra a 210 kilómetros (130 mi) de Barcelona. Puedes llegar a la isla en avión o barco. Desde la capital, Palma, podrás acceder a la mayoría de los lugares de la isla en camión. Para esquivar las multitudes, evita la temporada alta en julio y agosto. El agua suele estar lo suficientemente cálida para nadar hasta principios de octubre. La primavera es una temporada excelente para visitar la isla, cuando los aromáticos almendros están en flor.