La Greve de Lecq abarca una hermosa bahía y sus alrededores en St. Ouen. A lo largo de esta franja de arena y sus acantilados verdes hay varios vestigios del pasado militar de la isla, así como a una serie de campos de tiro. Disfruta la vista panorámica del canal de la Mancha desde las cafeterías ubicadas en la parte posterior de la playa.
Relájate mientras disfrutas unos mariscos y una cerveza en los restaurantes o las casas de huéspedes. Trae todo lo necesario para hacer un picnic en la Playa de la Greve de Lecq. Junto al estacionamiento, en el extremo noroeste de la playa, se encuentra el Muelle de Greve de Lecq. Camina hasta el final para tomar las mejores fotos de la playa.
El enorme promontorio verde que sobresale al otro lado es la sede del Fuerte Catel, un conjunto de fortificaciones construidas en el siglo XVIII con el objetivo de proteger a la isla contra la invasión francesa. Pasa la noche con tu familia en este edificio histórico con vista al agua.
Para continuar con el tema militar, viaja tierra adentro para visitar el Cuartel de Greve de Lecq. En este sitio puedes ver los dormitorios bastante estrechos donde dormían más de 150 soldados. Observa también la zona amplia de alojamiento para los oficiales, quienes tenían sus propias habitaciones con chimeneas y muebles. Contempla las dos celdas donde encerraban a los soldados con mal comportamiento.
Puedes disfrutar varias actividades divertidas a las afueras de la bahía. Aprende a disparar en el Club de Tiro Lecq Clay, el Club de Tiro Crabbe Clay Pigeon o el Club de Pistolas de Jersey. Puedes hospedarte en el Campamento y Retiro Daisy Cottage.
La Greve de Lecq se encuentra en la parte noroeste de Jersey, frente a la costa norte de la isla. Está en la parte norte de la Parroquia de St. Ouen, cerca de la Reserva Natural de Les Mielles. Viaja en auto durante 10 minutos hacia el norte del Aeropuerto de Jersey para llegar aquí. Puedes utilizar uno de los estacionamientos ubicados junto a la playa.
La playa, los campos de tiro y las estructuras históricas convierten a La Greve de Lecq en un destino turístico fascinante.