La ciudad capital de Tasmania tiene una historia sorprendentemente rica. Hobart fue establecida por los británicos en 1804, y estaba poblada principalmente por convictos y soldados. El poblado fue creciendo poco a poco, gracias a las industrias ballenera y de construcción de botes. La arquitectura georgiana, victoriana y eduardiana, los almacenes de arenisca y el Real Jardín Botánico de Tasmania, el cual data de 1818, son el legado de la fortuna que generaron aquellas industrias.
El centro de Hobart está situado alrededor del asentamiento original en Sullivan's Cove, en el río Derwent, y es fácil recorrerlo en autobús, bicicleta o a pie. Los sábados, toma el servicio de autobús gratuito HobartHopper desde el centro de la ciudad y dirígete a los mercados en Salamanca Place. Estos mercados atraen a decenas de miles de personas que vienen a comprar artículos de moda, artesanías, arte, comida gourmet y productos cultivados en la región. Salamanca Place es también un centro de arte, así que cualquier día de la semana puedes venir y encontrar algo qué ver y hacer en sus diferentes galerías y teatros.
La época de raciones escasas y contadas para los convictos quedó atrás hace muchos años. Hoy en día, Hobart ofrece algunos de los estilos gastronómicos más innovadores del país, y la calidad de sus productos, cerveza y vino locales es bien conocida en toda Australia y la región de Asia Pacífico.
La ciudad tambien cuenta con una próspera comunidad teatral, con dos teatros históricos que tienen temporadas de obras, ópera, música en vivo y cabaret. Visita el Teatro Real y aprende sobre aquellas personas que han dado renombre a su escenario, desde Laurence Olivier hasta Hugo Weaving.
Pasa un día explorando la historia a orillas del mar en el Museo y Galería de Arte de Tasmania, donde la cultura viva de los indígenas de Tasmania revive a través de numerosas piesas, historias y exhibiciones. Aprende sobre los trágicos conflictos entre estos pueblos y los primeros colonizadores, así como sobre las vidas de los indígenas en Tasmania desde entonces.
Aborda un ferry clásico y navega río abajo en el río Derwent. Aprende más sobre el estrecho vínculo entre la ciudad y el mar en el Museo Marítimo de Tasmania. También puedes tomar un ferry y dirigirte al Museo de Arte Antiguo y Moderno (MONA), de prestigio internacional gracias a sus exhibiciones provocativas e imaginativas.
Descubre el lado natural de Hobart en el Monte Wellington, donde hay senderos para excursiones y ciclismo e increíbles vistas de la ciudad y el océano. A las afueras de Hobart hay otros senderos para caminar que siguen la línea costera y el río, desde los cuales puedes ver la puesta de sol en este espectacular escenario.