Refugiada en una esquina del estado alemán de Baden-Württemberg y en los límites de la Selva Negra, Friburgo es famosa por su universidad, su clima soleado, sus viñedos y su naturaleza claramente independiente. A pesar de su ubicación dentro de Alemania y su cercanía con Francia y Suiza, esta ciudad demuestra una forma muy local de patriotismo. Escucharás el himno local de Baden con mucho más frecuencia que el himno nacional alemán.
Tal vez la clave es que Friburgo tiene una herencia propia tan sólida. Visita la Minster, la catedral de la ciudad y una de sus vistas más famosas, para que descubras una de las iglesias más antiguas en Europa. Si subes las escaleras hasta la cima de la torre, podrás disfrutar de vistas cautivantes de toda la ciudad. Cada mañana, hasta podrás encontrar un mercado en la plaza que rodea a la Minster, con todo tipo de productos agrícolas disponibles.
Los pequeños canales para agua de tormentas que van paralelos a las calles del centro de la ciudad forman parte de la particular herencia y folklore de Friburgo. Se dice que si pisas uno por accidente, acabarás casándote con alguien de Friburgo. Si buscas más de la herencia de este lugar, dirígete a Schwabentor y Martinstor, las dos antiguas puertas que quedan de la ciudad.
Como alternativa, para que pases tu tiempo en Friburgo en una forma más relajada, visita el lago artificial en el Seepark o en el Jardín Botánico de la ciudad. A una corta distancia del centro histórico, podrás salir de excursión al Schlossberg para alcanzar la torre que está sobre la colina y como recompensa recibirás una vista espectacular de la Selva Negra.
La ciudad es tal vez más conocida en el mundo por ser la sede de la Universidad de Friburgo, una de las universidades alemanas más famosas y entre las más antiguas del mundo: data de 1457. Hoy en día es hogar de 22,000 estudiantes, los cuales dan a la ciudad un gran ambiente estudiantil.