El centro de la Pequeña Francia, una región pintoresca de Estrasburgo, está lleno de canales y las casas medievales. Esta parte de la ciudad es particularmente encantadora, pues cuenta con muchos puentes techados y vías acuáticas que reflejan las luces durante la noche. Disfruta el ambiente tranquilo de esta hermosa zona mientras paseas por las tiendas, las cafeterías y los restaurantes.
La Pequeña Francia solía ser una zona de mataderos, molinos de harina y tenerías. Aunque su nombre suena romántico, proviene de un hospital dedicado a tratar la sífilis, conocida entre los alemanes como la "enfermedad francesa".
Haz un tour por la zona en el Pequeño Tren para ver los lugares de interés con estilo. Escucha historias, comentarios y datos históricos en el camino. Toma fotos de las casas de madera que están a orillas de los canales. Voltea hacia arriba para ver el Ponts Couverts, un puente emblemático que cuenta con torres medievales. Busca la represa de Vauban, que protege el lado suroeste de la Gran Isla. Contempla el techo cubierto de césped de esta antigua fortaleza y conoce su historia fascinante.
Visita esta zona en la mañana para evitar las multitudes, o en la tarde, para ver la iluminación de los puentes y las casas. Esta zona es como un gran museo al aire libre con estructuras antiguas que te dan una idea del aspecto que tenía la región de Alsacia durante la Edad Media.
Compra souvenirs, como postales, libros y camisetas que describen el ambiente de esta zona tranquila.
Puedes visitar sin costo esta parte de la ciudad y los puentes, los cuales están abiertos todo el tiempo. Se cobra una módica cuota para pasear en el Pequeño Tren.
El barrio histórico de la Pequeña Francia está ubicado en el extremo oeste de la Gran Isla, donde se divide el río Ill. Puedes viajar a la estación principal de trenes de la ciudad y caminar hacia el sureste durante unos 10 minutos para llegar a la Pequeña Francia. También puedes tomar un camión hacia cualquiera de las diferentes paradas de la zona.