El Centro histórico de Dubrovnik es una fascinante parte de la ciudad con un conjunto de calles, edificios y plazas históricos rodeados de murallas medievales. Pasea por el laberinto de angostos pasadizos y callejones y descubre importantes iglesias, fortificaciones y monumentos, además de pintorescos cafés, restaurantes y galerías.
Durante la Edad Media, Dubrovnik fue una importante potencia naval. Los magníficos ejemplos de arquitectura gótica, renacentista y barroca son evidencia de su antiguo poder y riqueza. A pesar del catastrófico terremoto de 1667 y del gran daño causado durante la Guerra Croata de Independencia a principios de la década de los 90, en la actualidad, el Centro histórico tiene una apariencia casi perfecta. Observa las fachadas y los muros de cerca y quizás veas algunas marcas de bala.
Ingresa al Centro histórico por la puerta principal, la Puerta de Pile, y verás dos importantes fuertes: la Fortaleza de Minceta al norte y la Fortaleza de Bokar al sur. La Fortaleza de Minceta protegía a la ciudad de las invasiones terrestres, mientras que la Fortaleza de Bokar fue construida para proteger a la ciudad contra los ataques por mar.
Echa un vistazo a la Fuente de Onofrio, una fuente circular del siglo XV con 16 rostros tallados que escupen agua por la boca. En la actualidad, la fuente es un popular punto de encuentro. Ya que estás aquí, no te pierdas el Monasterio Franciscano, donde podrás visitar los famosos claustros del período románico tardío y una farmacia histórica que funciona desde su apertura en 1317.
Pasea por Stradun, la calle peatonal principal, y presta atención a los bloques de pavimento pulido que brillan bajo el sol. Al final de Stradun, podrás ver más atracciones famosas, como el Palacio Sponza, una gloriosa combinación de estilos arquitectónicos gótico y renacentista, y la Catedral de Dubrovnik de estilo barroco, que fue reconstruida después del devastador terremoto.
Aventúrate por los pasadizos adoquinados que nacen de Stradun y llegarás a plazas escondidas rodeadas de encantadores cafés, galerías de arte y restaurantes. Vuelve por la noche para disfrutar de un platillo croata o hacer nuevos amigos en un bar.
El Centro histórico de Dubrovnik ocupa una pequeña superficie y la mejor manera de recorrerlo es a pie. Utiliza las torres fortificadas circulares como puntos de referencia para ubicarte.