Durante siglos, el pequeño pueblo de Linstow fue hogar de una familia de la nobleza. Por su parte, Dobbin simplemente era un pueblo cercano que quedó despoblado durante la Guerra de los Treinta Años. Fue solo hasta el año 2000 que estas comunidades independientes se unieron para formar Dobbin-Linstow, como se conoce actualmente.
Los entusiastas de la historia tienen que ir a la Mansión, la cual durante generaciones fue hogar de la familia Linstow y que recientemente ha sido convertida en un hotel y café. En su predio bien cuidado podrás encontrar asombrosos árboles, que incluyen dos pinos de Weymouth que han estado de pie durante más de 130 años. Camina por el pequeño sendero que va por la orilla norte del lago para llegar a Eichwerder, un bosque de pastura que tiene robles de 400 años de edad.
En el corazón del pueblo, en la iglesia local de Linstow-Kieth, podrás encontrar tumbas históricas que reflejan el largo pasado del pueblo. La historia de esta iglesia de ladrillo data del siglo XIII, aunque fue vaciada y devastada en 1648 después de la Guerra de los Treinta Años. En 1871, fue reconstruida y transformada en un estilo más gótico. También puedes visitar el Museo Linstow, construido en el estilo de una típica casa de labranza de la tribu Volinia que alguna vez habitó aquí.
Continúa hacia Dobbin para que encuentres los restos estructurales sobrevivientes de los edificios señoriales del pueblo. La Casa del Caballero, para los invitados de la familia real, y los Establos Reales y la Casa del Inspector están increíblemente conservados.
Explora la iglesia local de Dobbin y descubrirás que luce más moderna que su contraparte en Linstow, también construida con ladrillos, aunque solo data de 1872.
Otro monumento histórico en el pueblo es la Piedra Juliana, colocada aquí en 1909 para conmemorar el nacimiento de la hija del rey. En 1994, la Mansión con armazón de madera del pueblo de Glave, en la misma zona, fue restaurada y se le devolvió su apariencia del siglo XVIII. Así ocurrió con el parque que rodea a la casa señorial ambos son recordatorios de la herencia feudal de este antiguo pueblo.