Con sus arenosas playas, el suave oleaje y la fresca brisa que sopla en el malecón, Coney Island se siente como un mundo aparte, distante de la ajetreada Manhattan. Aquí, la acción se concentra en un emocionante parque de diversiones.
Durante el apojeo de esta zona costera al sur de Brooklyn (en los años previos a la Segunda Guerra Mundial), Coney Island fue hogar de varios parques de diversiones que competían entre sí por atraer a los visitantes. Era popular entre los trabajadores neoyorkinos que disfrutaban la oportunidad de escapar del sofocante calor de Manhattan durante los fines de semana.
Después de la Segunda Guerra Mundial, los parques cayeron del gusto de los visitantes, que prefirieron quedarse a películas y espectáculos en Broadway, en Manhattan, y la isla quedó severamente descuidada. Hoy en día, toda la zona se está recuperando: los visitantes y amantes de las emociones fuertes acuden en masa para empaparse con la orgullosa historia de la isla, y especialmente para subirse a las modernas atracciones del emblemático parque temático Luna Park, que reabrió en 2010, después de un periodo intenso de remodelación.
Coney Island se localiza a tan solo 45 a 60 minutos por tren subterráneo desde Manhattan. La isla está más animada durante los calurosos meses de verano y muchas atracciones sólo abren de abril a octubre, en particular eventos especiales como conciertos al aire libre, proyecciones de películas y fuegos artificiales en la playa cada viernes por la noche. También vale la pena visitar la isla durante el invierno, que es cuando podrás ver al Polar Bear Club (el "Club de Osos Polares") de Coney Island. Se trata de un grupo de hombres y mujeres valientes que se sumergen en las heladas aguas de enero sin más protección que un traje de baño común y corriente, lo que arranca alocadas porras de los espectadores. Los vendedores de comida de Coney Island están abiertos todo el año para servir algunos de los platillos más nostálgicos de la isla: típicos algodones de azúcar, hot dogs al estilo tradicional y pizza al estilo más clásico de Nueva York.
Desafortunadamente, la atemorizante montaña rusa Thunderbolt, inmortalizada en innumerables tarjetas postales y en la película de Woody Allen "Annie Hall" (Dos Extraños Amantes), ya está fuera de servicio. Aún así, el Luna Park es un paraíso para los amantes de los parques de diversiones, con 19 fabulosos juegos mecánicos. Entre ellos se encuentra la Cyclone, una montaña rusa que se erigió originalmente en 1927 y una de las más antiguas del mundo que aún están funcionando. O si prefieres algo más a la altura del suelo, prueba tu habilidad al volante en los carritos chocones, da vueltas y vueltas en un bonito carrusel o gana algunos premios en la animada galería de juegos.
Es una fortuna que Coney Island esté resurgiendo como un moderno destino turístico. ¡Visítala y verás que el entretenimiento está garantizado! La mejor manera de llegar es por tren subterráneo desde cualquier parte de Manhattan.