Cuando llegamos, la casa nos pareció preciosa, pero según pasaba el tiempo, cada vez íbamos encontrando más defectos. En un principio, y para una semana que íbamos a estar, no teníamos intención de ponerlos de manifiesto, pero tras un incidente con una lámpara y una conversación no muy agradable con el propietario, decidimos comunicar los fallos que tenía la vivienda (la limpieza de los baños dejaba mucho que desear, la puerta de la suite no cerraba, la de otra habitación, si se cerraba no se podía abrir, las lamas de un somier atadas con esparadrapo, los apliques de los baños oxidados...). Bien es verdad que inmediatamente procedieron a reparar las puertas y cambiar los somieres.
Aunque la casa, bajo nuestro punto de vista, necesita un repaso, la cocina está muy bien equipada, las habitaciones son amplias y en el jardín y la piscina que, por cierto, están muy bien cuidados, se pasan momentos muy agradables.
Por último, señalar que la persona de contacto ha sido amable, educado y siempre dispuesto a ayudar.