Una figura prominente en el horizonte de edificios de Viena es la torre tipo aguja de la Catedral de San Esteban. Conforme te acercas a ella, el techo cubierto de azulejos de la catedral revela sus muchos colores. En su interior encontrarás un fabuloso conjunto de obras de arte sacro.
En este lugar ha existido una iglesia consagrada a San Esteban desde 1147. Numerosas renovaciones, ampliaciones y reconstrucciones reflejan varios siglos de gusto arquitectónico en Viena. La parte más antigua de la iglesia, el muro oeste, data de 1237. Los elementos predominantemente góticos del edificio, como la torre, fueron construidos entre el siglo XIV y el XV. Incendios durante la Segunda Guerra Mundial dañaron partes de la catedral, aunque un rápido y exitoso esfuerzo de renovación ha significado que todavía puedas ver al edificio en toda su gloria.
La catedral es la sede del arzobispado de Viena y sirve como la estructura religiosa más importante en Austria. Puedes entrar al edificio cuando ya haya terminado cualquier ocasión de estado o servicio planeado.
Recorre la iglesia para que veas las muchas esculturas religiosas, bajorrelieves e imágenes que son impresionantes. El icono de Maria Pötsch del siglo XVII se dice que ha derramado lágrimas reales. Asegúrate de inspeccionar el Wiener Neustadter, un gran altar dorado adornado con figuras religiosas es uno de los 18 altares de la catedral. Otra sección que debes ver es el púlpito gótico ornamentalmente tallado.
Desciende a las catacumbas y mira la espectacular tumba del emperador Federico III, que está ubicada en la nave lateral. Sube los 343 escalones hasta la torre sur tipo aguja de la Catedral de San Esteban para obtener excelentes vistas de la ciudad como recompensa. En la torre norte, toma el elevador para que veas la enorme campana de 20,130 kilogramos (44,380 libras) llamada "Pummerin". También puedes echar un vistazo más de cerca al techo de la catedral, el cual cuenta con más de 230,000 azulejos y tiene un mosaico de un águila de dos cabezas.
La Catedral de San Esteban está en la céntrica Stephansplatz y puedes llegar a través del transporte público. La entrada a la catedral es gratuita, aunque hay que pagar una pequeña cuota para entrar a las torres. La catedral abre todos los días, con horarios ligeramente más cortos los domingos y días festivos oficiales. Las visitas guiadas de las catacumbas, así como de otras áreas tras bambalinas, están disponibles por un módico precio.