El Castillo de Dover se yergue majestuoso en la cima de los acantilados blancos, y ha sido la primera línea de defensa británica contra los invasores desde hace más de 20 siglos. Salones medievales, complejas defensas militares y túneles secretos utilizados durante la guerra esperan a los visitantes del castillo más grande de Inglaterra. Fundada en el siglo XII, esta fortaleza, la "llave de Inglaterra", posee una larga y dramática historia. Los tours informativos te permiten echar un vistazo al pasado.
Experimenta la vida en la corte medieval en la Torre del Homenaje, que alguna vez fuera hogar del rey Enrique II. Los niños pueden disfrutar de una recreación del palacio real con personajes disfrazados que incluyen al rey y la reina, la cual hace que estos personajes históricos y sus historias cobren vida.
Los muros de la fortaleza del Castillo de Dover fueron usados como protección y defensa por los británicos, incluso durante la Segunda Guerra Mundial y la Guerra Fría. Descubre el laberinto de túneles donde funcionaba un hospital subterráneo secreto.
Pasea por el terreno del castillo y disfruta la vista del Canal de la Mancha. Visita la iglesia anglosajona y las ruinas de un faro romano. Un sendero con una suave pendiente se extiende junto a las almenas, por encima de los acantilados, hasta el Mirador del Almirantazgo. Compra algo para almorzar y calmar la sed en el restaurante y café del castillo, y pasa por la tienda de recuerdos antes de irte.
El Castillo de Dover está ubicado en la cima de la colina Castle Hill, aproximadamente a 1.2 kilómetros (1 milla) del centro de la ciudad. Puedes llegar con facilidad en coche al castillo, y además éste cuenta con estacionamiento gratuito. También hay una ruta de autobuses locales y un sendero para ciclistas que pasan por el área.
El precio del boleto incluye un recorrido por los túneles y acceso a los terrenos del castillo. El Castillo de Dover tiene un horario de apertura limitado durante los meses de invierno y días feriados, por lo que es recomendable consultar antes de visitarlo para evitarte decepciones. Lo mejor es reservar un día completo para explorar el castillo y sus alrededores, así que puedes traer tu propia comida o algunos panecillos ingleses y almorzar en los jardines reales.