En el Museo Canterbury, aprende sobre los grandes exploradores que han dedicado su vida a la conquista de uno de los ambientes más hostiles de la tierra y echa un vistazo a los vehículos que utilizaron en el camino. Asómate en la boca de una de las bestias más grandes que jamás haya existido y admira exquisitas tallas de algunas de las tribus originarias más antiguas.
Comienza en la exhibición de la Antártida y descubre los peligros que enfrenta un grupo selecto de intrépidos viajeros. Admira un busto de bronce del noruego Roald Amundsen, la primera persona en llegar al Polo Sur en 1911. Lee sobre su peligroso viaje y admira el colosal Sno-Cat que se utilizó como vehículo de mando en el primer cruce por tierra de la Antártida, 47 años más tarde.
Desde allí, ve a la galería de los maoríes, donde verás exquisitos ejemplos tempranos de talla en madera y piedras de jade pounamu. Mira fijamente a los ojos realistas de las máscaras y esculturas de batalla, y conoce los primeros utensilios que se utilizaron para la caza y el combate.
El museo cuenta con una excelente colección de objetos antiguos. Tal vez el más majestuoso de todos es la momia egipcia de Tash Pen Khonsu, que data del año 150 a.C. El féretro, hecho de una sola pieza de madera ahuecada, tiene vívidos jeroglíficos que revelan la historia de la joven noble que yace en su interior.
Continúa en la exhibición de las criaturas prehistóricas, donde una réplica de tamaño natural de un alosaurio llena una gran parte de la habitación. Los científicos han encontrado pruebas de que estos feroces depredadores vivieron hace unos 150 millones de años. Sin embargo, esta notable criatura no es la que deja más boquiabiertos a los visitantes, ya que el primer lugar lo ocupa el esqueleto completo de un moa gigante de la Isla del Sur. Estas impresionantes aves, con a una altura de 3 metros (10 ft), se extinguieron poco después de la llegada de los humanos a Nueva Zelanda.
El Museo Canterbury se encuentra al este del parque North Hagley, en el centro de Christchurch. El museo está abierto toda la semana. La entrada es gratuita, aunque se aprecian las donaciones.