Es muy fácil recorrer los doce distritos que la conforman mediante el sistema de tren ligero, para saborear el estilo único de cada uno de ellos. Si eres un amante de la historia puedes dirigirte al céntrico distrito de Mitte para explorar algunos de los mejores museos de Berlín, incluyendo el Museo de Pérgamo, el Museo Bode y otras grandes instituciones de la Isla de los Museos. Con tan solo una breve caminata hacia el este, en el DDR Museum podrás conocer cómo era la vida en Alemania del Este.
Junto al Tiergarten, en el distrito de Mitte, se encuentra un monumento a un oscuro episodio de la historia alemana: el sombrío Memorial del Holocausto. Este monumento es un arrebatador tributo a los judíos cuyas vidas fueron arrebatadas durante la Segunda Guerra Mundial. El Memorial del Muro de Berlín queda a tan solo 1.6 kilómetros (1 milla) al norte. Aquí podrás ver una parte del muro que se dejó en pie.
Los cambios políticos y la población innovadora y creativa han conformado una ciudad que bien podría considerarse una maqueta a escala real de los estilos arquitectónicos más importantes de todo el mundo. Camina por el Schloss Charlottenburg, de estilo barroco, o admira la Berliner Dom, una bellísima catedral de arenisca que a lo largo de su historia se ha enriquecido con ejemplos de los estilos renacentista, gótico, neoclásico y barroco. Quizá el edificio del Parlamento alemán, llamado el Reichstag, sea el máximo ejemplo de combinación de estilos arquitectónicos. Hoy en día, la construcción clásica original cuenta con un domo de vidrio súper moderno que ofrece una panorámica en 360 grados de toda la ciudad. Y recuerda visitar también los arcos neoclásicos de la Puerta de Brandeburgo, que se erige como un orgulloso símbolo de paz y unidad.
Además de su arte y su abundante atmósfera cultural, Berlín ofrece una amplia lista de hermosos y exuberantes parques. Prepárate para un día de campo y dirígete hacia el Tiergarten, la versión alemana del inmenso Central Park en Nueva York. Aquí encontrarás senderos llenos de árboles y áreas verdes que casi son obras de arte. El famoso Zoológico de Berlín se ubica en los terrenos del Tiergarten. Desde su inauguración en 1844, ha sido hogar de cientos de animales de todos los continentes, incluidos pandas gigantes y osos polares.
También vale la pena visitar las activas plazas públicas como la Alexanderplatz y la Postdamer Platz. Hogar de los primeros semáforos de Europa, la Postdamer Platz fue destruida en la Segunda Guerra Mundial y durante la división de Berlín, no fue más que un terreno abandonado. Pero en años recientes se han efectuado desarrollos extraordinarios que la han transformado en uno de los espacios públicos más vanguardistas del continente. Para todos los amantes de la buena comida, esta plaza es un buen lugar para probar platillos típicos locales, como Eisbein (codillo de cerdo), Schnitzel (filete vienés) y Arme Ritter (como el pan francés, pero de Alemania).
Los recorridos de un solo día que salen del centro de la ciudad son muy populares. Sube al tren y en tan solo una hora llega hasta el pueblo histórico de Brandeburg an der Havel, donde hallarás pintorescos pubs, restaurantes y un hermoso lago. Si quieres prolongar tu aventura, toma el tren hacia Frankfurt an der Oder, donde el río Oder es lo único que separa a Alemania de Polonia.