Al sur de la costa de República Dominicana está Barahona, un puerto activo ubicado en una bahía protegida. Disfruta de la compañía de sus habitantes, prueba el famoso café de la región o embárcate en una aventura caribeña por en los alrededores de la ciudad.
Barahona fue fundada por colonos franceses en 1802. Con la bahía protegida de Neiba y un clima de sabana tropical, fue el lugar perfecto para el comercio, que ayudó a transformar al pueblo en una ciudad.
Comienza tu día en el mar del Caribe con un café en el Malecón de Barahona. Nada en el agua templada o camina a lo largo de las playas bordeadas de palmeras y tiendas. Asegúrate de probar el incomparable café tipo Barahona, una mezcla que se produce en las montañas cercanas a Bahoruco. Los habitantes amigables hacen del paseo marítimo un lugar excelente para divertirte por la noche. Relájate después de un día de aventuras con una bebida y un buen baile en los clubes de la ciudad.
Utiliza Barahona como base para realizar excursiones a los alrededores. Renta un auto y recorre la carretera costera que va de Barahona a Enriquillo, atraviesa la costa virgen y pasa por pueblos tradicionales. Visita el espectacular lago de Enriquillo, el más grande del Caribe. Toma un tour en bote hacia la Isla Cabritos, donde podrás ver cocodrilos y flamingos.
Al norte del lago, puedes encontrar el sitio arqueológico Las Caritas, un acantilado con grabados antiguos. Aventúrate a la frontera de Republica Dominicana y Haití para fotografiar La Salina, las minas de sal y yeso.
Conduce a través de la selva verde del Parque Nacional Jaragua. Entre Oviedo y Pedernales podrás ver cactus en flor y pasar por fantásticos lugares para la observación de aves. En Pedernales, puedes degustar langosta fresca y tomar un tour en bote para observar tortugas en la cristalina Bahía de las Águilas.
Barahona cuenta con un aeropuerto internacional y rutas de ferris desde Santo Domingo. El método más fácil para trasladarte fácilmente es rentar un coche.