Participa en un recorrido de Intramuros, la ciudad amurallada de Manila, para que veas las fortificaciones que solían defender a sus ciudadanos. Esta era la Manila original que construyeron los españoles en el siglo XVII y que casi fue completamente destruida durante la Segunda Guerra Mundial. Con el correr de los años ha sido reconstruida poco a poco para capturar su histórico pasado.
Una de las fortificaciones mejor conservadas es el Baluarte de San Andrés, nombrado así en honor de uno de los santos patronos de la ciudad. La robusta estructura de roca fue construida en el siglo XVII para proteger la antigua Puerta Real, la puerta que da al actual Parque Rizal. El antiguo fuerte también reforzaba las defensas del sur y protegía un amplio foso, parte del cual hoy es un campo de golf.
Sube las escaleras de piedra para caminar por algunas partes del muro. Observa la fila de cañones bien conservados que alguna vez abrieron fuego sobre los invasores, que incluyeron a los chinos, los holandeses y los portugueses. Tómate tu tiempo para recorrer el bastión y apreciar su importancia para la ciudad. Toca las piedras y observa el grosor de los muros. Imagina lo que habría sido estar en el calor de la batalla.
Visita el almacén a prueba de bombas en donde alguna vez se almacenó la pólvora y observa el horizonte desde la torre de vigilancia.
Elevándose a unos cuantos metros sobre el nivel de la calle, el Baluarte de San Andrés te ofrece buenas vistas de algunos de los edificios de la ciudad, incluyendo el Ayuntamiento de Manila. Asegúrate de traer tu cámara.
Intramuros está en el lado sur del río Pasig. Una de las maneras más convenientes para llegar a la ciudad amurallada y al Baluarte de San Andrés es tomar el tren ligero hasta la estación United Nations. Desde ahí, en solo 20 minutos caminando llegarás a las puertas de la ciudad. Como alternativa, toma un taxi o viaja en un jeepney.