Párate en el escenario del Anfiteatro Romano e imagina el circo repleto de miles de ciudadanos que ovacionaban a los gladiadores, reían con una obra de teatro o disfrutaban de una interpretación musical. Recorre los pasillos ocultos y mira las ruinas de los acueductos, un foso de orquesta hecho de mármol y muchos detalles más.
Comienza tu visita al Anfiteatro Romano con un paseo por los fantasmagóricos túneles subterráneos. Estos túneles fueron construidos aproximadamente en el año 500 a.C. Dos excavaciones diferentes, en 1904 y 1906, despejaron muchos de los senderos no obstante, asegúrate de usar un buen par de zapatos para poder caminar por el suelo desnivelado y las escaleras adoquinadas. Trae una pequeña linterna que te ayude a encontrar el camino por los oscuros pasadizos.
De regreso a la superficie, recorre el circo, donde los gladiadores luchaban para entretener al público e imagina el bullicio que llenaba el estadio. Mira a tu alrededor y verás la ruinas de los viaductos que traían agua desde los ríos de la zona. Esto permitía que los gladiadores recrearan batallas en el mar.
Sube a la plataforma principal para echar un vistazo al foso de la orquesta hecho de mármol. En este lugar tocaban los músicos romanos y, quizás, entretenían a las multitudes antes del comienzo de una batalla.
Sube a la cima de las gradas para apreciar el colosal tamaño del anfiteatro. En la actualidad, solo una parte del área para el público sigue en pie, pero el anfiteatro tenía lugar para más de 16,000 espectadores. En lo que respecta a su tamaño, solo el gran coliseo de Roma es más grande.
El Anfiteatro Romano se encuentra en el lado oeste de la Piazza Stesicoro en el centro de Catania. Está rodeado de hermosos edificios de departamentos del siglo XVII. En algunos de ellos encontrarás pintorescos cafés y pequeños restaurantes. La entrada al anfiteatro es gratuita y está abierto todo el día. Comunícate con la oficina de turismo local para organizar un tour privado.