Admira el Acueducto de Lárnaca, una maravilla del ingenio otomano, con sus imponentes arcos y columnas que se extienden a lo largo de la campiña. Construido en 1747, es uno de los vestigios históricos más sobresalientes del pasado de la región. Estuvo en uso durante aproximadamente 200 años, transportando agua a la región desde varios manantiales y un río.
Maravíllate con la aparentemente infinita colección de arcos, 75 en total. Recorre los senderos en su tranquilo entorno y cuenta las columnas. Observa el antiguo molino de granos, que funcionaba gracias al flujo del agua. Presta atención a los curiosos pozos en el camino.
Los senderos de madera y piedra te guiarán por el lugar. Disfruta de la tranquilidad del lugar y sus vistas de kilómetros de praderas. Toma fotos del acueducto desde varios ángulos para capturar diversos fondos, desde telones urbanos hasta paisajes de montaña.
Por la noche, contempla la bella imagen del sol escondiéndose detrás de los históricos arcos. Los arcos parecen transformarse cuando las luces comienzan a iluminarlos. El acueducto está increíblemente bien preservado y, por su aspecto, parece que podría ser utilizado en la actualidad. Siéntate en una de las bancas a leer un libro con este fascinante escenario de fondo.
El acueducto también tiene otros nombres, como Kamares y Bekir Pasha. Se tardaron 3 años para construirlo y fue finalmente clausurado en 1936, aunque sigue atrayendo a muchos visitantes.
Trae suficiente agua para tu visita, ya que hay muy pocos puestos o tiendas que vendan bebidas. El lugar está abierto en todo momento y el acceso es gratis.
El Acueducto de Lárnaca está ubicado a 4 kilómetros (2.5 mi) al oeste de la ciudad. El trayecto en taxi desde el centro de Lárnaca no debería llevarte más de 10 minutos. Este lugar romano está al noreste del Lago Salado de Lárnaca y el templo Hala Sultan Tekke. Puedes parar aquí en el trayecto de tu viaje a Limasol.